Fotografías comentadas
[Fotografías pendientes de reinsertar: disculpe las molestias y no tarde en volver]
FOTO 1:
Cuesta de Maneli: vista parcial de las dunas fósiles
COMENTARIOS
de Felipe Nevado Francisco:
Ése
del fondo no es Maneli, pero se acaba de despertar y bien podría traer
algo prendido del susodicho. El paisaje de Mazagón no será muy distinto
al que más tarde nos encontraremos en pleno corazón de Doñana. El
espíritu de Maneli (desconocido: no sé quien es) nos acompañará el
resto del viaje. ¿Quién sabe cómo?
COMENTARIOS
de Manuel Gualda Caballero:
La
Cuesta de Maneli se encuentra en la franja costera protegida del Médano
del Asperillo (Parque Natural de Doñana). Flora: pinos piñoneros,
jaguarzo, clavellina, camarina, loto,... Fauna: lince, conejo, otros
mamíferos, aves, reptiles,... Acceso: desde la carretera y carril bici
que unen Mazagón y Matalascañas (aproximadamente, a mitad de camino,
aunque más cerca de Mazagón).
FOTO 2
Cuesta de Maneli: con las bicis en el mirador
COMENTARIOS
de Felipe Nevado Francisco:
Este
no es Maneli, es Manelito. Cielo azul, las insaparables bicicletas y la
mirada puesta en todo lo que habrá de venir. No será mucho, pero sí lo
suficiente como para que el viaje adquiera tonos irrepetibles. Bien,
ahí estamos. Sólo queda pisar una y otra vez sobre los pedales.
COMENTARIOS
de Manuel Gualda Caballero:
Al
final de la pasarela de la Cuesta de Maneli nos encontramos con este
mirador de madera, levantado en lo alto del acantilado. La vista es
magnífica: kilómetros de playa prácticamente desierta (entre Mazagón y
Matalascañas) y maravillosos azules en el cielo y el mar (aquí, Océano
Atlántico).
FOTO 3
Cuesta de Maneli: bajada hacia los pinares de Doñana
COMENTARIOS
de Felipe Nevado Francisco:
Ahí
vamos, yo con poca convicción. ¿Por qué será? Entre Mazagón y
Matalascañas disfrutaremos de una vía única: el carril-bici. Todo un
lujo para unos tiempos que se mueven a ritmo de motor de combustión.
Ah, Maneli viene sobre el transportín, entre el equipaje. Y manelito
está tirando la foto.
COMENTARIOS
de Manuel Gualda Caballero:
En
primer término, Felipe bajando la Cuesta de Maneli. Al final de la
cuesta, la carretera y el carril bici que unen Mazagón y Matalascañas.
Al fondo, Kilómetros y kilómetros de pinares para deleite de nuestros
ojos.
FOTO 4
Carril entre Cuesta de Maneli y Matalascañas
COMENTARIOS
de Felipe Nevado Francisco:
Todavía
no nos hemos alejado mucho de Maneli. Este es Manelito. El carril-bici
se ha hecho de tierra; no importa, sigue siendo muy válido. El trazado
discurre paralelo a la vía de asfalto. Por élla, osados y temerarios
ciclistas pedalean bamboleados por el paso acojonante de los
automóviles. ¡Qué Dios reparta suerte!
COMENTARIOS
de Manuel Gualda Caballero:
Magnífico
carril bici entre Mazagón y Matalascañas. Desde Mazagón hasta el
Parador está más acabado. El resto (ver foto) es un carril de tierra
apisonada. Ojalá cunda el ejemplo y podamos contar con más carriles
bicis en Huelva.
FOTO 5
Matalascañas: vista parcial de la playa
COMENTARIOS
de Felipe Nevado Francisco:
El
mismo día. Matalascañas. Un recreo para la vista. Apretujados, huyendo
del quemante sol, miles de playeros hacen lo que todo el mundo gusta de
hacer en estos tiempos: ponerse moreno. Lo mejor: el coqueteo: algo
quedará para después. Matalascañas, última aglomeración antes de entrar
en Doñana.
COMENTARIOS
de Manuel Gualda Caballero:
Miles
de veraneantes se agolpan en la playa de Matalascañas, con el Paseo
Marítimo y los bloques de hormigón a sus espaldas. Al frente, el Océano
Atlántico. A unos kilómetros, El Rocío y Almonte. Al lado, el Parque
Nacional de Doñana (para allá íbamos ;-)
FOTO 6
Parque Nacional de Doñana: entrada por la playa de Matalascañas
COMENTARIOS
de Felipe Nevado Francisco:
Los
límites legales del Parque. A partir de aquí todo es lo mismo y nada es
igual. A ambos lados de la marca hay arena, sol, agua y dunas. Pero la
diferencia estriba en las intenciones. A uno se va para realizar (o
intentar, que siempre hay frustraciones) todo lo que la mente mundana
pueda desear. Al otro lado, el paisaje humano se difumina hasta casi
desaparecer.
COMENTARIOS
de Manuel Gualda Caballero:
A
mis pies, la playa de Matalascañas. A mis espaldas, la playa del Parque
Nacional de Doñana: unos 30 kms sin apenas presencia humana (sólo
algunos veraneantes al principio, 7 cabañas de pescadores en los
primeros kilómetros y unos cuantos mariscadores repartidos por todo el
camino).
FOTO 7
Parque Nacional de Doñana: rodando en bicicleta por sus playas
COMENTARIOS
de Felipe Nevado Francisco:
Aún
me produce cansancio recordar el esfuerzo que me costó tirar de los
pedales en esta parte del Parque. Y eso que nos movimos con la marea
baja. No sé cuántas veces me detuve, para reemprender la marcha una y
otra vez. El sol quemaba (sobre las 17 horas de finales de julio) y la
rueda delantera se clavaba una y otra vez en la arena. Bueno, sólo era
el principio y había fuerzas y decisión. Así que, hacia delante.
COMENTARIOS
de Manuel Gualda Caballero:
El
paisaje: impresionante (kilómetros de playa virgen batida por el viento
y la mar, numerosas aves salvajes y algún que otro mariscador). El
tesón de Felipe: asombroso (a pesar de llevar varios años sin coger la
bici, logró terminar esta durísima etapa) (después de pararse a
descansar un millón de veces...) ;-)
FOTO 8
Parque Nacional de Doñana: andando con la bicicleta por sus playas
COMENTARIOS
de Felipe Nevado Francisco:
Así
iba yo cuando ya no podía más. Flaquezas. Pero, ¡éramos tan jóvenes!
Ja, ja. La foto siempre sale de frente porque Manelito siempre tiraba
delante. Tanta premura, o yo que sé, que acabó por los suelos con un
corte en la pierna. Después dijo que se cayó por parar para hacer la
foto. Yo no me caí en todo el trayecto e hice fotos (Jodido, ¿Eh?).
COMENTARIOS
de Manuel Gualda Caballero:
En
la playa virgen, algunos cogen coquinas, mientras otros descansan sus
doloridas piernas y ennegrecidos pulmones. Aquí me hice mi segundo
"ciclotatuaje" (el primero fue durante la resaca de la boda de mi amigo
Antonio Bello Carrión). O sea, que al caerse la bici, el plato grande
me dió un bocado en el tobillo de la pierna derecha: aún hoy conservo
las marcas.
FOTO 9
Parque Nacional de Doñana: adelantados por los todoterrenos turísticos
COMENTARIOS
de Felipe Nevado Francisco:
Bien,
apenas me atrevo a hacer comentarios. Un horror. Por detrás, uno de los
todoterrenos del parque que continuamente cruzaban la playa cargados de
visitantes curiosos. Delante, burlón, el menda posando para la foto.
Tengo que decir para todas las internautas que ahora soy más guapo,
inteligente y estoy tremendamente en forma ( ¡).
COMENTARIOS
de Manuel Gualda Caballero:
Una
foto para el recuerdo. ¿Cuánta gente puede presumir de tener una foto
como ésta? En bicicleta, adelantado por los 4x4 del Parque Nacional de
Doñana enmedio de sus playas. Yo, por ahora, no conozco a nadie más.
FOTO 10
Parque Nacional de Doñana: equilibrando las bicis
COMENTARIOS
de Felipe Nevado Francisco:
Manelito
hace ilusionismo. Cosas suyas, que yo no me meto. Yo sólo saco la foto.
Había que parar como fuera, y en esas estábamos. Primeros baños. EL
cielo estalla en azul y no sé aprecia un alma. Pero llevamos un
moviladin (Marmota dice) y enviamos un mensaje a Awizurbay. Éste nos da
las claves: El Camaleón nos pone las pilas.
COMENTARIOS
de Manuel Gualda Caballero:
El
calor reinante y la dureza del recorrido, invitaban a bañarse. Para
hacerlo sin manchar ni desequilibrar los equipajes, lo más rápido fue
apoyar las bicis la una en la otra. Después, nudismo en la playa y
baños en el mar.
FOTO 11
Parque Nacional de Doñana: dunas costeras
COMENTARIOS
de Felipe Nevado Francisco:
Primera
expedición por las dunas de Doñana. Territorio prohibído. Alucinas con
la dulzura del paisaje. No hay huellas de bípedos. Es lo que voy
buscando. Los tonos de la tarde están envueltos como en filtros de
colores suaves. No sé. Sólo queda dejarse llevar por lo que hay.
Hermosos y claustrofóbicos corrales.
COMENTARIOS
de Manuel Gualda Caballero:
El
mar, la playa y después, kilómetros de dunas tierra adentro. Y entre
duna y duna, los llamados "corrales": bosquecillos de pinos piñoneros
en los que la sombra domina por doquier (nos quedamos flipados al bajar
al primero: téngase en cuenta que en la duna todo era luz).
FOTO 12
Parque Nacional de Doñana: protegiéndonos del calor del mediodía
COMENTARIOS
de Felipe Nevado Francisco:
Había
que aguardar que bajara la marea. Todo un día esperando, dolce
farniente. Manelito es chico práctico. Dicho y hecho. Con el toldo de
la tienda de campaña compuso una bienvenida jaima. Otro lujo. De frente
el mar, mariscadores y los incansables todoterrenos del parque. Detrás,
la serenidad animal de Doñana.
COMENTARIOS
de Manuel Gualda Caballero:
Fuera,
hacía un calor sofocante. Dentro, la temperatura era ideal e invitaba
al descanso. Aventuras no programadas a unos kilómetros de casa. Sin
intermediarios de ningún tipo. Sin vehículos motorizados. Viviendo la
naturaleza en su plenitud. No había agua corriente, ni servicios, ni
duchas, ni hoteles, ni carreteras, ni casas, ni campings, ni bares, ni
ná de ná. "Sólo" la Madre Naturaleza.
FOTO 13
Parque Nacional de Doñana: en la Punta del Malandar (extremo Sur)
COMENTARIOS
de Felipe Nevado Francisco:
No
ha tenido nada que ver el recorrido por el segundo tramo de Doñana. La
arena estaba lo suficientemente firme como para no clavarnos en élla.
Además, una suave brisa soplaba de espaldas. Magnífico paseo. Estamos
en el borde mismo de Doñana. Mal que bien, o bien que mal, hemos
cumplido una interesante etapa del viaje. Un poco más oscuros de piel,
eso sí.
COMENTARIOS
de Manuel Gualda Caballero:
Una
sensación para el recuerdo. El final de la playa del Parque Nacional de
Doñana se extendía bajo nuestros pies. Al fondo, el río Guadalquivir y
Sanlúcar de Barrameda. Dos urbanitas acostumbrados a las comodidades de
nuestros días acababan de comerse 31 kms de playa virgen en bicicleta y
sus piernas aún pedían más (no pararían hasta Rota). ¡Estupenda
sensación!
FOTO 14
Parque Nacional de Doñana: jabalíes en la Punta del Malandar
COMENTARIOS
de Felipe Nevado Francisco:
Sorpresa.
Dos jabalíes se dirigen, con paso dubitativo, hacia nosotros. Sólo
tienen hambre. Unos cacahuetes de miel les supieron a gloria, ¡seguro!
Se buscan la vida, ya se sabe. Es más fácil cuando te ponen la comida
por delante. Un poco como nosotros. Mejor no hablar de ello.
COMENTARIOS
de Manuel Gualda Caballero:
Cuando
los ví a lo lejos viniendo hacia nosotros, surgió la inquietud ante lo
desconocido (nunca me he peleado con un jabalí y en nuestras
circunstancias no podíamos huir). Enseguida recordé que por esta zona
había unos jabalíes mansos que gustaban de comer lo que los turistas
les echaban. El alivio fue inmediato al comprobar que venían en son de
paz. \ ;-)
FOTO 15
Parque Nacional de Doñana: salida cruzando el río Guadalquivir en barcaza
COMENTARIOS
de Felipe Nevado Francisco:
Una
pasada. Mil pelas cada uno por cruzar en la barcaza. Aprovechados. Con
nosotros, los mariscadores (todos sobre sus motos de baja cilindrada y
los aperos para la faena en la playa) y algún que otro bañista. El
viaje dura lo que cinco minutos. El Guadalquivir es un charco comparado
con la enorme bañera que bordeamos estos días.
COMENTARIOS
de Manuel Gualda Caballero:
Aquí
terminó nuestra relación con los caminos de tierra y las arenas de las
playas. A partir de la otra orilla (Sanlúcar de Barrameda, provincia de
Cádiz), todo sería asfalto (más que nada, por nuestro desconocimiento
del terreno). Pero antes teníamos que cruzar el Guadalquivir, río
emblemático de Andalucía.
FOTO 16
Punta Candor (Rota)
COMENTARIOS
de Felipe Nevado Francisco:
Hemos
llegado al camping la noche anterior. Tras el descanso, una merecida
comida regada con Barbadillo. Nos damos un homenaje. En este mirador,
al fondo, encendimos unos competentes cigarrillos y nos pusimos a
flipar. Seguimos en el golfo de Cádiz, se nota por la Cruzcampo.
COMENTARIOS
de Manuel Gualda Caballero:
Después
de recorrer 145 kms en 3 días (la inmensa mayoría por caminos de tierra
y arenas de playas), nos regalamos una copiosa cena marinera y una
intensa celebración bañada de vino Barbadillo (¡Qué descubrimiento!).
Sólo nos molestaban los aviones de la cercana base militar
estadounidense de Rota. :-(
FOTO 17
Playa de la Cachucha (Puerto Real)
COMENTARIOS
de Felipe Nevado Francisco:
La
Cachucha es una pequeña media luna de poca arena, agua llena de algas y
fondo enfangado y poca animación. Lejos del esplendor del desarrollismo
costero de tantos y tantos sitios del sur, aquí vive la clase media.
Bloques como en cualquier otro barrio, bares de barrio y gente de
barrio. Sobre el cielo, la amenaza militar de aviones de guerra.
COMENTARIOS
de Manuel Gualda Caballero:
La
marea baja determinaba que uno pisara fango casi antes de llegar al
agua. Supongo que con la marea alta habría más gente (por aquello de
que el baño sería más agradable). El rato que nosotros estuvimos casi
no había hombres. El 90% eran mujeres tomando el sol. Tras comer en una
terraza cercana, reposamos un par de horas a la sombra de un toldo
improvisado, antes de partir de nuevo.
FOTO 18
Caños de Meca: panorámica de una de las playas
COMENTARIOS
de Felipe Nevado Francisco:
Punto
final del viaje. Hemos llegado, también dormido y descansado. Al fondo
el cabo Trafalgar y, abajo, una de las magníficas calas de Los Caños.
Esto es la Meca. Textiles y nudistas nos bañamos con entera y total
tranquilidad. Desde el lugar donde se tomó la foto, chill-aut y
numerosos bares con sabrosa comida y buenas vistas. Bay.
COMENTARIOS
de Manuel Gualda Caballero:
110
kms recorrimos este día. Pero el esfuerzo mereció la pena: habíamos
llegado a Caños de Meca. Nos aguardaban preciosas playas en las que se
respiraba un agradable y distendido ambiente. Buen rollo generalizado.
Nadie miraba mal a nadie, por muy desnudo o vestido que fuera. Textiles
y nudistas convivían con total naturalidad. Mucha juventud, en cuerpos
y mentes... \ ;-)