Tartessos
Aún permanecen oscuras la formación y extensión territorial del reino
de Tartessos, así como la localización de su capital (probablemente una
ciudad-estado que dio nombre a toda su área de influencia). No
obstante, sí se sabe que ocupaba el área SO de la Península Ibérica, en
torno a la desembocadura de los ríos Guadalquivir, Tinto y Odiel.
También
se tienen datos de su organización política, que era superior a las del
resto de los pueblos ibéricos: el Estado Territorial, con el centro en
una ciudad que constituía la capital y a cuya cabeza figuraba un
monarca. En cuanto a la sociedad, ésta se hallaba dividida en clases o
castas. En el caso de Tartessos se han determinado siete:
terratenientes en la cumbre, varias intermedias y en la base los
esclavos. También existía una clase mercantil enriquecida.
Los
tartessios practicaban una agricultura evolucionada, eran buenos
navegantes y pescadores, trabajaban los metales y conocían la escritura
(teniendo un alfabeto similar al ibérico). La explotación minera
(cobre, plata, oro) y el tráfico del estaño (la ruta de las
Cassitérides) les llevó a un activo intercambio comercial. Hacia el año
1.100 a. C., tras la fundación de Gadir por los fenicios de Tiro, se
inició una competencia que terminó con el sometimiento de Tartessos al
vasallaje de los colonizadores, tras luchas mantenidas especialmente
bajo el rey tartessio Gerión (siglo VIII a.C.).
En el siglo VII
a.C., el rey Argantonio ayudó a los griegos de Focea en su lucha contra
los persas. Tras la derrota de los griegos foceos por los etruscos en
la batalla de Alalia y la decadencia massaliota, hacia el 500 a.C., las
fuerzas tartessias fueron aniquiladas por los cartaginenses, que habían
tomado el relevo a los fenicios en el comercio del Mediterráneo
Occidental, tras el sometimiento de los fenicios de Tiro a los asirios.
Después
de esa última fecha se produjeron todavía algunos levantamientos de los
tartessios, como por ejemplo los ataques a Gadir, en los que ésta se
vio obligada a pedir ayuda a Cartago, que dominó fácilmente las
rebeliones.
A partir del siglo V a.C. deja de tenerse constancia
histórica de Tartessos. A partir de este momento se vuelve al
fraccionamiento de este área (SO de la Península Ibérica) en estados de
menor entidad y regidos por reyezuelos.