Historia Medieval
La Edad Media en la Península Ibérica comenzó con la disolución del
Imperio Romano de Occidente y su sustitución por el reino visigodo en
el siglo V.
Los visigodos formaban parte de las tribus
germánicas que se encontraban en el Centro y Norte de Europa y que
desde el siglo IV fueron asentándose en los territorios del Imperio
Romano en calidad de federados (= aliados), recibiendo una anualidad a
cambio de asumir la defensa de la frontera frente a la presión de otras
tribus. Durante en el siglo V se inició el asentamiento de germanos en
territorio romano propiamente dicho.
Las causas más probables de
los desplazamientos de los pueblos germánicos fueron los cambios
climáticos desfavorables y un fuerte incremento demográfico. La
asociación de ambos factores determinaron la escasez de medios de
subsistencia en sus territorios originarios. Por otro lado, su
organización social favorecía el afán de conquista. Además, existió una
causa inmediata del desplazamiento: el avance de los hunos, pueblo
asiático que avanzó hacia el Oeste tras ser expulsados de China.
La
consecuencia de estas invasiones y de la inestabilidad que produjeron,
fue la disolución del Imperio Romano de Occidente y la creación de un
mosaico de reinos germánicos en su lugar.
Los godos fueron
desplazándose hacia el SE de Europa durante el siglo II, dividiéndose
en visigodos (los occidentales) y ostrogodos (los orientales).
Los
visigodos fueron admitidos en los confines del Imperio Romano por el
emperador Valente en el año 376, pero el mal funcionamiento del sistema
de abastecimiento provocó la sublevación de los mismos y su victoria
sobre los romano en la batalla de Adrianópolis. Posteriormente,
Teodosio, en el 382, les volvió a conceder derecho de asentamiento en
Mesia y Tracia.
Alarico fue el primer jefe visigodo que adoptó
el título de rey y con él se inició la búsqueda de nuevos territorios,
realizándose incursiones de pillaje en la península balcánica y en el
Peloponeso. Desde el 401 al 410 se desarrolló una serie de ataques a la
ciudad de Roma que concluyeron con la toma y saqueo de la misma,
acabando incendiada y arrasada. Este hecho tuvo una honda repercusión
psicológica en todo el mundo romano, ya que desde la invasión celta,
hacía ocho siglos, la ciudad se había conservado inviolable.
En
el año 419 se fundó el Reino visigodo de Tolosa, después de que a los
visigodos se les dotara en Aquitania de dos tercios de la tierra en
calidad de bienes libres de impuestos. A cambio, el rey visigodo quedó
comprometido a ofrecer protección con su ejército frente a las
incursiones de otras tribus germánicas y, además, a gobernar como
lugarteniente imperial. Pero en el año 507, a raíz de la batalla de
Vouillé, los francos, en su avance hacia el Sur de la Galia,
conquistaron este reino visigodo hasta los Pirineos. De este modo,
hacia el año 545, el reino visigodo se transformó territorialmente en
un reino hispano, contando también con la provincia gala de Septimania.
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Por
otra parte, dentro de la Edad Media en la Península Ibérica nos
encontramos también con la época musulmana, que abarca desde el año 711
(en que desembarcaron en el estrecho de Gibraltar y derrotaron a los
visigodos), hasta 1492 (cuando los Reyes Católicos, de Castilla y
Aragón, conquistaron el Reino de Granada, último reducto islámico).
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Al
mismo tiempo, desde la cordillera Cantábrica se fueron formando los
diferentes reinos cristianos, los cuales fueron ganando territorio a
los musulmanes en diferentes momentos, hasta que culminaron la
Reconquista en 1492 con la toma de Granada. En ese año, los reinos
cristianos eran Portugal, Castilla, Aragón y Navarra.
