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Nota importante

Los elementos de esta sección (publicados por la Fundación Utopía Verde entre los años 1998 y 2013) están pendientes de revisión actualizadora: más información.

Descubrimiento de América

Orígenes, gestación y culminación: 12/octubre/1492.

ANTECEDENTES

El descubrimiento del continente americano se desarrolló en el marco de una serie de condiciones que se dieron en el siglo XV en Europa y, muy especialmente, en la Península Ibérica. Los reinos cristianos, una vez que habían ocupado el territorio peninsular anteriormente dominado por los reyes musulmanes, continuaron con su política expansionista: La Corona de Aragón apostó por su expansión por el mar Mediterráneo, mientras los reinos de Castilla y Portugal competían por controlar el océano Atlántico y las costas de África.

Los estudios humanísticos, la observación de la naturaleza y el nuevo espíritu de investigación, produjeron que bastantes personalidades de la época rompieran con la concepción aristotélica y tolomeica del Universo. Simultáneamente y como consecuencia de la relectura de los escritos griegos, se admitió que la Tierra tiene forma de esfera.

Asimismo, en el siglo XV se produjo un gran avance en el desarrollo de la cartografía, se perfeccionaron la brújula y otros instrumentos usados para la navegación, como el sextante. Todo esto, permitió que los barcos pasaran de la navegación de cabotaje a la de alta mar. Otro invento fundamental fue la creación de la imprenta, en 1445, por Gutenberg, que permitió la difusión rápida por Europa de la información, la educación, la cultura y, por tanto, de los avances de los conocimientos geográficos.

Los descubrimientos geográficos fueron fomentados por la necesidad de establecer una vía marítima que conectara Europa con Asia. Esto fue debido a la demanda de ciertos productos asiáticos que escaseaban o eran demasiado caros por la ruptura de las comunicaciones con Oriente tras la toma de Constantinopla por los otomanos en 1453.

En este orden de cosas, a raíz del Tratado de AlcaÇovas-Toledo, de 1479, los reinos de Castilla y Portugal se dividieron las esferas de sus respectivas influencias y las líneas futuras de expansión. De este modo, Castilla se reservaba la posibilidad de ocupar el archipiélago de las Canarias, mientras la corona portuguesa tuvo asignada toda la costa del continente africano y la ruta marítima por debajo, en dirección Sur, del cabo Bojador. Por tanto, la corona castellana, una vez conquistada Granada (último reducto peninsular bajo dominio musulmán), queda excluida del reparto de África y orientó su expansión hacia el Oeste.

Los reinos europeos fueron perfeccionando los conocimientos cosmográficos, las artes cartográficas y la construcción de naves adecuadas, consiguiendo dominar el difícil arte de la navegación de altura a vela. Conforme avanzaba el siglo XV, se fueron hallando los diferentes archipiélagos del Atlántico: Canarias, Madeira, Azores y Cabo Verde. También se fueron conociendo los datos sobre la circulación atmosférica y marina en las latitudes tropicales y medias. Por tanto, la travesía del océano Atlántico estaba preparada para realizarse en cualquier momento.

GESTACIÓN

El contexto en que se movían los marinos de las costas de Huelva y de Cádiz era muy peculiar. Por un lado, el espíritu de aventura y de empresa de algunos grandes señores andaluces no encontraba la recompensa adecuada, porque no era mucha la riqueza que se podía esperar de la zona de Berbería. Además, la mentalidad de la época no permitía establecer unas relaciones pacíficas y estrechas con los infieles que permitieran buenos flujos comerciales. Por ello, se peleaban más que comerciaban, y las hazañas de los marinos andaluces estaban dentro de la piratería, la actividad comercial y pesquera. Por otro lado, a estos inconvenientes iniciales se les superponía la constante rivalidad con los portugueses, que ansiaban tener el monopolio de las actividades que se dieran en las costas africanas. Por estas razones, la actitud de los Reyes Católicos estuvo siempre orientada a conservar la amistad de Portugal y a no permitir que les cerraran el paso por el océano Atlántico, tanto por su política de expansión como por el deseo de que los habitantes del Golfo de Cádiz pudieran desarrollar sus actividades en las mejores condiciones.

Cristóbal Colón fue el artífice de la hazaña del Descubrimiento de América. De su biografía se sabe bien poco hasta su aparición en Castilla, procedente de Portugal. El lugar de nacimiento no está claro y las posibilidades más aceptadas son Génova, Portugal y Castilla. Lo cierto es que Colón vivió durante largo tiempo en Portugal y se casó con la hija del gobernador de Porto Santo, ciudad de la isla de Madeira, en pleno océano Atlántico. Una vez que Colón concibió la posibilidad de llegar a Asia por la ruta Oeste, pidió una audiencia en la corte portuguesa, en 1483, para explicar su proyecto, que fue rechazado por los expertos náuticos de esa corona.

De esta forma, Cristóbal Colón emprendió viaje a Castilla para pedir apoyo a su empresa. Sus primeros contactos con los castellanos fueron en la provincia de Huelva: en el Monasterio de La Rábida (cuyo prior era Juan Pérez, antiguo confesor de Isabel I la Católica) y en Palos (pueblo que contaba con expertos marinos conocedores de la navegación por las costas de África).

Al igual que le sucedió en Portugal, los consejeros científicos de los Reyes Católicos rechazaron el proyecto de ir hacia las Indias por el Oeste por considerarlo imposible. No obstante, después de la toma de Granada, los monarcas facilitaron la salida de esta expedición obligando a la población palerma a embarcarse en esta aventura como contrapartida a haber vulnerado el tratado de AlcaÇovas.

EL VIAJE DEL DESCUBRIMIENTO

El 3 de agosto de 1492 partió Cristóbal Colón desde el puerto de Palos (situado en el río Tinto, provincia de Huelva), al mando de tres carabelas -Santa María, Pinta y Niña- y de un centenar de hombres. Le acompañaban, entre otros, los hermanos Pinzón.

El 12 de octubre de ese mismo año, llegaron a América.

Debido a que se topara tierra tan rápido (tanto en este viaje como en los tres posteriores), se ha pensado que existiera un predescubridor que le hiciera saber a Colón la existencia de esa ruta (hay quienes piensan que este predescubridor sería un personaje originario de las costas de Huelva y llamado Alonso Sánchez).